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1969, el año en que el humano pisó la Luna

julio 19, 2023 por Redacción VU

Frente a un Congreso de los Estados Unidos lleno de rostros expectantes, el presidente John F. Kennedy aseguró en mayo de 1961 que una nave estadounidense llegaría «para finales de la década» a la Luna. En su discurso, nombraba algunos hitos espaciales soviéticos, como para levantar la moral e invitar a superar a la que entonces era la potencia opositora del país norteamericano.

Para el momento en que Kennedy declaraba esto, la Unión Soviética ya había puesto en órbita al primer satélite artificial (Sputnik, 1957), había enviado al primer ser vivo al espacio (Laika, 1957) y también había enviado al primer humano al espacio (Yuri Gagarin, 1961). La NASA, que apenas tenía dos años de existencia, debía acelerar para ponerse a la par en la llamada «carrera espacial».

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Bajo el nombre de «Programa Apolo», científicos estadounidenses comenzaron a desarrollar y mejorar sus cohetes impulsores, y a afinar la mecánica para planificar -paso a paso pero no sin apuros- la llegada del humano a la Luna.

En 1966, tres misiones no tripuladas fueron llevadas a cabo para probar propulsores, escudos de calor y combustibles. Un año después, estaban prontos para lanzar AS-204, nombrado informalmente como Apolo I, con una tripulación de tres personas y la misión de llevar una cámara de televisión a bordo para tomar imágenes. Desperfectos técnicos durante una prueba originaron un incendio en cabina que terminó con la vida de Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee en segundos. Había que sentarse a revisar, reajustar y planificar cómo seguir, luego de un golpe tan grande.

Pasarían veinte meses, tres misiones no tripuladas en el medio y decenas de pruebas, para volver a tener una misión con astronautas a bordo. En octubre de 1968, Wally Schirra, Walt Cunningham y Donn Eisele a bordo del Apolo VII lograron orbitar a la Tierra en un vuelo tripulado y por primera vez transmitir en vivo por televisión desde una nave.

Faltaban catorce meses para que termine la década, y la promesa de Kennedy, que había sido asesinado en noviembre de 1963, apretaba cada vez más a científicos, técnicos y astronautas.

Tras las misiones Apolo IX y X, que probaron con éxito el módulo de mando y servicio -la nave que orbitaría la Luna- y el módulo lunar -donde aterrizarían-, había llegado el momento de Apolo XI y su tripulación, compuesta por Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin «Buzz» Aldrin, de saltar al espacio -cada uno de ellos por segunda vez- para completar la misión de llegar a la Luna.

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El 16 de julio de 1969, a las 13:31:53, los motores del Saturno V comenzaron la ignición. Siete segundos después, el cordón que conectaba al cohete a la torre era liberado y Apolo XI se despegaba del suelo del Centro Espacial Kennedy.

Tras orbitar a la Tierra, la nave comenzó la inyección translunar: una maniobra de propulsión que la alejaría de la órbita terrestre para aproximarla a la lunar.

Ilustración del Módulo de mando y servicio aproximando a la Luna, con Armstrong, Collins y Aldrin en su interior.

Una vez que se encontraban orbitando a la Luna, Armstrong y Aldrin abordaron el módulo lunar y se prepararon para descender. Collins se quedaría completamente solo en el módulo de comando, orbitando al satélite.

Tras un descenso que no fue sencillo y que estuvo a punto de ser abortado en más de una oportunidad, el módulo lunar alunizó a las 20:17:39 (hora UTC) del 20 de julio. La tripulación comenzaba a prepararse para la actividad extravehicular -EVA en inglés-.

Descargá la infografía «Un gran paso para la humanidad»

A las 02:39:33 del 21 de julio, Armstrong abría la escotilla del módulo. Unos quince minutos después, en la Tierra, se recibían las primeras imágenes de televisión de lo que estaba pasando. A las 02:56:15, se escuchaba en vivo y para todo el mundo quizás una de las frases más famosas de los tiempos modernos: «este es un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad», mientras que Armstrong estampaba por primera vez un pie humano en la superficie lunar. Dos horas y cuarenta minutos después, los trabajos en la Luna culminaban, la escotilla se cerraba, y los astronautas volvían en el módulo lunar al módulo de comando junto a Collins. Volvían a casa.

En el Océano Pacífico, cerca del archipiélago de Hawái, a las 16:50:35 del 24 de julio, el módulo de reingreso amerizó entre olas y la tripulación aguardó por el rescate.

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